FUENTE: DIARIO NORTE (10/09/07)
.
En Rivera como en todo el país, hay días y fechas que no se conmemoran, pese al carácter universal de las mismas y a la trascendencia de la convocatoria y del tema celebrado. Por lo general carecen de atención, cuando lo que se conmemora no tiene carácter comercial o toca tangencialmente aspectos de nuestra cotidianidad. Sin embargo, es ahí, en esas oportunidades, donde los medios de comunicación deberían ejercer su esencial servicio a la comunidad, poniendo en escena, aquellos temas que alientan la reflexión e impulsan el desarrollo de una mejor calidad de vida.
Obedeciendo a esa vocación, recordamos que el pasado sábado 8 de setiembre, se conmemoró el Día Internacional de la Alfabetización con el propósito expreso de destacar la importancia del nexo entre la alfabetización y la salud, tema central por otra parte del bienio 2007-2008 del Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización.
En esta ocasión, la UNESCO y todos sus socios, menos Uruguay, dedicaron a este tema todas sus actividades de sensibilización, examinando la relación que guarda la alfabetización con los cuidados médicos, la nutrición, la familia y la salud reproductiva, así como el desarrollo comunitario relacionado con la salud.
Son temas de capital importancia, especialmente para acá en la frontera, que además de abrigar los más altos índices de pobreza y mortalidad infantil, sufrimos como comunidad, ya casi como estigma, las amarguras del embarazo adolescente, y la presencia ascendente del VIH SIDA, principalmente entre los más jóvenes.
En Rivera como en todo Uruguay, a su vez, el nivel de alfabetización es del orden del 97%, lo que nos sitúa en uno de los primeros lugares en el mundo, junto a los países más desarrollados. Sin embargo, tenemos aún un 3% de analfabetos, algo así como tres mil en el departamento, y un porcentaje aún no definido, de analfabetos funcionales, que habiendo adquirido los rudimentos del lenguaje y la escritura, en la práctica, por falta de uso, han perdido la capacidad de acceder al conocimiento básico, como al técnico-científico y todo aquel que les permita mejorar su nivel de vida; acceder a sus derechos esenciales y a sus obligaciones y responsabilidades como ciudadano y ser humano.
Recordemos asimismo, que en el mundo contemporáneo, a pesar de muchos y variados esfuerzos, la alfabetización sigue siendo un objetivo lejano: cerca de 774 millones de adultos carecen de las competencias básicas de lectura y escritura; es decir, uno de cada cinco adultos no saben leer ni escribir y dos tercios de ellos son mujeres. Además, hay 72,1 millones de niños sin escolarizar y muchos más que frecuentan las aulas de forma irregular o abandonan sus estudios.
El tema no es menor. La alfabetización es un aspecto sustancial del derecho humano fundamental a la educación y también la base esencial para mejorar las condiciones de salud de las poblaciones. Por eso el lema de este Día Internacional para este año es "La Alfabetización, llave de la salud y el bienestar".
El Director General de la UNESCO Koichiro Matsuura en su mensaje para la fecha, sostiene, que tal como ocurre en nuestro país, con niños y adolescentes, "muchos asisten a clases de manera irregular o abandonan los estudios"; anotando que "escasean los entornos de alfabetización que ofrezcan acceso a textos y publicaciones adecuadas, por lo que las personas recién alfabetizadas no logran mantener las competencias que acaban de adquirir".
Sobre la relación entre alfabetización y salud, sostiene que la misma "beneficia a todos los grupos de edad de la población: la primera infancia, los escolares, los adolescentes y los adultos. Generalmente, esos beneficios proceden de la autonomía lograda por hombres y mujeres: la confianza en sí mismos y el pensamiento crítico surten efectos sumamente positivos en la salud de las personas, las familias y las comunidades. La posibilidad de leer y escribir refuerza en las personas su capacidad de aprovechar las prestaciones sanitarias y educativas -por ejemplo, solicitando asistencia médica para sí mismos o para un hijo enfermo, tomando medidas preventivas como la inmunización y adquiriendo mejores conocimientos sobre los métodos de planificación familiar".
"Además, - agrega el director general - la buena salud y la nutrición adecuada son requisitos indispensables del aprendizaje eficaz, en particular -aunque no exclusivamente- en los primeros años de la vida. Los padres que han recibido instrucción y, en especial, las madres -ya sea mediante la escolarización formal o los programas de educación de adultos- son más propensos a enviar a sus hijos a la escuela y a comprender mejor sus necesidades sanitarias".
En el párrafo final del mensaje, Koichiro Matsuura afirma: "La alfabetización no es un factor aislado, como tampoco lo es la salud. La alfabetización es, de hecho, la clave de la buena salud y el bienestar. Debemos actuar ahora, de mancomún, para construir un mundo en el que todos puedan leer y escribir, compartiendo los beneficios sociales y humanos de la alfabetización. En particular, procuremos estrechar los vínculos entre la alfabetización y la salud, en provecho de millones de hombres, mujeres y niños de todo el mundo".
El mensaje es, obviamente pertinente y estimulante. Ser alfabetizado, no es solamente saber firmar o leer y comprender algunas decenas de palabras. Es mucho más. Es sin duda, "la clave de la buena salud y el bienestar". Es la educación permanente que nos permitirá ir venciendo los desafíos de cada día, en todos los órdenes de la vida.
Obedeciendo a esa vocación, recordamos que el pasado sábado 8 de setiembre, se conmemoró el Día Internacional de la Alfabetización con el propósito expreso de destacar la importancia del nexo entre la alfabetización y la salud, tema central por otra parte del bienio 2007-2008 del Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización.
En esta ocasión, la UNESCO y todos sus socios, menos Uruguay, dedicaron a este tema todas sus actividades de sensibilización, examinando la relación que guarda la alfabetización con los cuidados médicos, la nutrición, la familia y la salud reproductiva, así como el desarrollo comunitario relacionado con la salud.
Son temas de capital importancia, especialmente para acá en la frontera, que además de abrigar los más altos índices de pobreza y mortalidad infantil, sufrimos como comunidad, ya casi como estigma, las amarguras del embarazo adolescente, y la presencia ascendente del VIH SIDA, principalmente entre los más jóvenes.
En Rivera como en todo Uruguay, a su vez, el nivel de alfabetización es del orden del 97%, lo que nos sitúa en uno de los primeros lugares en el mundo, junto a los países más desarrollados. Sin embargo, tenemos aún un 3% de analfabetos, algo así como tres mil en el departamento, y un porcentaje aún no definido, de analfabetos funcionales, que habiendo adquirido los rudimentos del lenguaje y la escritura, en la práctica, por falta de uso, han perdido la capacidad de acceder al conocimiento básico, como al técnico-científico y todo aquel que les permita mejorar su nivel de vida; acceder a sus derechos esenciales y a sus obligaciones y responsabilidades como ciudadano y ser humano.
Recordemos asimismo, que en el mundo contemporáneo, a pesar de muchos y variados esfuerzos, la alfabetización sigue siendo un objetivo lejano: cerca de 774 millones de adultos carecen de las competencias básicas de lectura y escritura; es decir, uno de cada cinco adultos no saben leer ni escribir y dos tercios de ellos son mujeres. Además, hay 72,1 millones de niños sin escolarizar y muchos más que frecuentan las aulas de forma irregular o abandonan sus estudios.
El tema no es menor. La alfabetización es un aspecto sustancial del derecho humano fundamental a la educación y también la base esencial para mejorar las condiciones de salud de las poblaciones. Por eso el lema de este Día Internacional para este año es "La Alfabetización, llave de la salud y el bienestar".
El Director General de la UNESCO Koichiro Matsuura en su mensaje para la fecha, sostiene, que tal como ocurre en nuestro país, con niños y adolescentes, "muchos asisten a clases de manera irregular o abandonan los estudios"; anotando que "escasean los entornos de alfabetización que ofrezcan acceso a textos y publicaciones adecuadas, por lo que las personas recién alfabetizadas no logran mantener las competencias que acaban de adquirir".
Sobre la relación entre alfabetización y salud, sostiene que la misma "beneficia a todos los grupos de edad de la población: la primera infancia, los escolares, los adolescentes y los adultos. Generalmente, esos beneficios proceden de la autonomía lograda por hombres y mujeres: la confianza en sí mismos y el pensamiento crítico surten efectos sumamente positivos en la salud de las personas, las familias y las comunidades. La posibilidad de leer y escribir refuerza en las personas su capacidad de aprovechar las prestaciones sanitarias y educativas -por ejemplo, solicitando asistencia médica para sí mismos o para un hijo enfermo, tomando medidas preventivas como la inmunización y adquiriendo mejores conocimientos sobre los métodos de planificación familiar".
"Además, - agrega el director general - la buena salud y la nutrición adecuada son requisitos indispensables del aprendizaje eficaz, en particular -aunque no exclusivamente- en los primeros años de la vida. Los padres que han recibido instrucción y, en especial, las madres -ya sea mediante la escolarización formal o los programas de educación de adultos- son más propensos a enviar a sus hijos a la escuela y a comprender mejor sus necesidades sanitarias".
En el párrafo final del mensaje, Koichiro Matsuura afirma: "La alfabetización no es un factor aislado, como tampoco lo es la salud. La alfabetización es, de hecho, la clave de la buena salud y el bienestar. Debemos actuar ahora, de mancomún, para construir un mundo en el que todos puedan leer y escribir, compartiendo los beneficios sociales y humanos de la alfabetización. En particular, procuremos estrechar los vínculos entre la alfabetización y la salud, en provecho de millones de hombres, mujeres y niños de todo el mundo".
El mensaje es, obviamente pertinente y estimulante. Ser alfabetizado, no es solamente saber firmar o leer y comprender algunas decenas de palabras. Es mucho más. Es sin duda, "la clave de la buena salud y el bienestar". Es la educación permanente que nos permitirá ir venciendo los desafíos de cada día, en todos los órdenes de la vida.