sábado, 6 de octubre de 2007

El medio siglo de comunicaciones de Washington Caballero

FUENTE: DIARIO NORTE (06/10/07)
El fin de semana pasado la comunidad riverense homenajeó a Washington "Pocholo" Caballero, celebrando los cincuenta años de comunicador. Además de sus compañeros de radio Internacional, se destacó la presencia de conocidos periodistas locales, de la época heroica, como Lima, Gil, Cabrera y el propio Carrasco, de la mano del cual Pocholo comenzó el tránsito por el camino de las comunicaciones, en la primavera de 1957.
Relevante fue el homenaje de beneméritas instituciones sociales, de personalidades políticas así como del propio gobierno departamental, la jefatura de policía y fuerzas armadas. Completando el cuadro, la emotiva presencia de su señora, hijos, nietos y demás familiares.
Presidiendo la sala y los homenajes, y como testigos vívidos de toda una época, el primer micrófono y mesa de trabajo, donde el entonces joven veinteañero encontró su lugar en el mundo de las comunicaciones, convirtiéndolo en uno de los más destacados "radialistas" de Rivera, en la última mitad del siglo XX.
Nadie recorre cincuenta años en el azaroso camino de la vida, trabajando hoy, como si hubiera empezado tan solo ayer, si no es impulsado por una fuerte vocación. En tiempos como los actuales en que lo vocacional parece en vía de extinción empujado por el frenesí mercantilista e individualista, la celebración colectiva de estos 50 años de Caballero, es el reconocimiento a un valor angular en la creación de la sociedad humana, banalizada por un materialismo vulgar que aspira, en pos del "tener" más, a la "cosificación" de la vida y los seres humanos.
Pero no basta la vocación para lograr permanecer medio siglo en la comunicaciones, en particular en la locución y el comentario, las dos especialidades del periodismo radial elegidas por Pocholo, y en donde se ha desempeñado con solvencia.
La radio, que aún no ha cumplido sus 100 primeros años, es el medio de comunicación de mayor alcance, bastando para acceder al mismo, tener aptos y en pleno funcionamiento los oídos. "Lo que la radio en realidad hace - señala el Saturday Review of Literature de hace 60 años - es restituir a la voz humana la narración de los cuentos y el anuncio de los acontecimientos". Precisamente, y a diferencia de los otros medios de comunicación (escrito, tv, internet,) en la radio, es el oído y no el ojo lo que marca la principal diferencia entre por ejemplo, el material escrito para el micrófono y el de la prensa.
La locución y el comentario (o editorial radial) requieren del ejercicio talentoso de otros valores, mucha veces subestimados, y que sin embargo, constituyen otras de las claves para una convivencia humana digna y de alta calidad. El lenguaje es un código creado por los seres humanos en el devenir de la historia, un patrimonio colectivo y un valor que determina la calidad del ser, la vida y las relaciones entre las personas. Para que un locutor y comentarista como Caballero, permanezca en el éter, luego de 50 años, es porque ha tenido la sapiencia de cultivar, responsablemente, aquellos elementos lingüísticos sustanciales en la expresión oral radial.
El hablar bien, es mucho más que saber pronunciar palabras "difíciles" al decir del común de los mortales. La dicción, la pronunciación, la conjugación de los verbos, entre otros recursos, obedecen a reglas y normas racionales, por lo tanto, su uso requiere estudio y aprendizaje permanente, mucho más, cuando se trata de radio, donde la inmediatez de la expresión exige racionalidad pero al mismo tiempo, la frescura y autenticidad de lo espontáneo.
Asimismo, la modulación y el color de la voz requiere de un espíritu sensible, alimentado por aquellos valores que hacen a la vida y los seres humanos, y en permanente crecimiento. En la locución y el comentario, siempre estará asomando la pasión poética, provocando la ternura, la generosidad, la reflexión acariciando el alma humana, la alegría gratificante, etc.
Pero para hablar bien en radio, hay abrazar la lectura y los libros con la locura de los amantes. Leer siempre es un diálogo íntimo con multitud de espíritus situados en todos los tiempos y en todos los lugares. Los libros, la biblioteca, son una "asamblea permanente de los sabios" al decir de Dámaso Larrañaga, en su oración inaugural en 1816 de la biblioteca nacional, expresión singular del humanismo progresista y civilizador de Artigas.
Pocholo, es, aún después de medio siglo de comunicador, un permanente cultor del lenguaje, de la voz y de la información calificada. Sus comentarios radiales tienen todos los elementos de una buena editorial: la noticia estimulante (muchas veces contenida en un libro de actualidad, en un cable, en medio de prensa, o proveniente de una conversación); su reacción a la misma, el análisis de la noticia y la explicación razonada de la opinión que le merece.
Su voz trabajada, su inquietud ilustrada y esa sensibilidad a flor de piel, ha hecho, que a través del sonido de las palabras, por ejemplo, la Madre Teresa de Calcuta, aún muerta, entre a miles de hogares o centros de trabajo y estudio, llenando todo de humildad y amor apasionado por los más débiles, los pobres, humillados y oprimidos.
Dejando a un lado las luces y sombras que caracterizan toda existencia humana, y sin pretender ser exhaustivo en el análisis, creemos que los valores destacados reflejados en la labor de Caballero, son suficientemente sólidos y fuertes como para compartir con honestidad y alegría, la celebración de estos cincuenta años de comunicador, y velar para que las nuevas generaciones, encuentren en esos valores, emblemas orientadores.