martes, 25 de marzo de 2008

Celebrando la pascua profana del agua, el monte, las cometas y la marcela

FUENTE: DIARIO NORTE (25/03/08)

Cristianos o no, es obvio que nadie deja de celebrar las Pascuas al finalizar la pasada semana. Con espíritu festivo y sin duda de reflexión, es el mayor momento de recogimiento del año, y que - para uruguayos y riverenses fronterizos en particular -, se transforman en días de convivencia fraterna y festiva con el medio ambiente, el monte, los cursos de aguas, el viento y la madre tierra. En Rivera es el tiempo de las cometas y de salir por las serranías a recoger las florcitas amarillas de la benemérita marcela.

Esas prácticas no religiosas de los uruguayos han sido institucionalizadas hace 89 años atrás, por el gobierno de don José Batlle y Ordóñez que estableció el "calendario laico" por ley del 23 de octubre de 1919. Es así que la católica Semana Santa se transformó en la Semana de Turismo; el 1º de noviembre Día de los Santos Difuntos, en el 2 de noviembre Día de los Muertos; el 8 de diciembre de Día de la Inmaculada Virgen María, en el Día de las Playas; el 25 de diciembre de Navidad en Día de la Familia; y el 6 de enero, Día de la Adoración de los Reyes Magos, en Día del Niño. Sin duda una política de Estado que abrió una ventana más en el muro del dogmatismo y la intolerancia, hacia una sociedad democrática, plural y libre.

Sin embargo, a las celebraciones de estas Pascuas 2008, además de aquellos contenidos profanos, se le han sumado dos de carácter universal, que de ahora en más deberán tener especial significación para Rivera y todo el norte uruguayo. Nos referimos a la celebración el pasado viernes 21 de marzo del Día Forestal Mundial bajo la consigna "Sin bosque no hay vida"; y el Día Mundial del Agua el sábado 22 de marzo, dedicado en esta oportunidad al agua-saneamiento, en el marco del 2008 ser año mundial del saneamiento.

Ambas conmemoraciones han pasado, - indebidamente - desapercibidas, siendo que los riverenses compartimos la responsabilidad del manejo sustentable de la mayor área forestal del país y del mayor acuífero de agua dulce de América, el Acuífero Guaraní.

Recordemos que en 1971, Naciones Unidas a través de la FAO, aceptó que todos los 21 de marzo se recordara el Día Forestal Mundial por tratarse del primer día de otoño en el hemisferio sur y el primer día de primavera en el hemisferio norte. La palabra "forestum", originaria en el siglo III, significa el lugar donde se realizaban las partidas de caza y monterías, atribuyéndose a los cazadores la primitiva vigilancia de los bosques. Es interesante aclarar que una plantación forestal no es un bosque plantado, ya que resulta evidente que no es posible plantar ni la diversidad de flora y fauna que caracteriza a un bosque, ni el conjunto de interacciones con los elementos vivos e inorgánicos que se dan en el mismo.

Expertos señalan "la importancia estratégica de la forestación en las áreas rurales productivas y en áreas naturales como cortinas cortavientos, montes de reparo, renovador de materia orgánica del suelo, soporte de biodiversidad, debemos añadirle el efecto "esponja" para absorber y retener agua de lluvia, constituyéndose en la primera defensa contra las inundaciones". Se sostienen y con razón, que los montes debería constituir una preocupación para los gobernantes y la comunidad en general ya que entre las causas de las inundaciones rara vez se menciona a esta actividad.

"Los seres humanos formamos parte una trama compleja de vida en la que interactuamos con nuestro ambiente y con otras especies. Ningún eslabón puede faltar; ningún eslabón es prescindible: sin árboles no hay vida" afirman los especialistas, trayéndonos a la memoria el recuerdo de San Francisco, profeta de la ecología y el Medio Ambiente que supo con gran amor y humildad hermanar al ser humano con toda la naturaleza, incluido la Hermana Luna y el Hermano Sol.

Con relación al segundo motivo de celebración pascual, informamos que la Asamblea de Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 la resolución por la cual, desde entonces, el 22 de marzo de cada año se celebre el Día Mundial del Agua, invitando a fomentar la conciencia publica relacionada con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos. De acuerdo a NNUU, se pretende que éste año 2008, Año Internacional del Saneamiento proclamado por las Naciones Unidas, el Día del Agua se centre precisamente en esa crítica cuestión promoviendo la ciencia y el conocimiento con miras al uso sostenible de los recursos de agua dulce del mundo y para reiterar la importancia fundamental del suministro de agua potable y de saneamiento a todos.

Según el Secretario General de NNUU, "el acceso a agua potable y servicios básicos de saneamiento es un requisito sine qua non para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio relativos a la pobreza, la salud, el género y la sostenibilidad medioambiental. La mejora del saneamiento tendrá repercusiones positivas tanto en la salud humana como en el medio ambiente. Entre los beneficios más importantes que comporta están la mejora de la salud pública, una considerable disminución de las enfermedades que se transmiten por el agua, al desactivar sus vectores, y, gracias a lo anterior, la evitación del fallecimiento prematuro de millones de seres humanos".

"La mejora del saneamiento también se traduce en un incremento del desarrollo humano, la dignidad, la intimidad y la seguridad, en especial de las mujeres y las niñas, así como en el avance de la igualdad de género" agrega el alto funcionario. En la actualidad, hay una necesidad perentoria de abordar la cuestión del saneamiento de manera sostenible, con la participación de todos los interesados y -lo más importante de todo-, de los gobiernos y las comunidades locales, las familias y los inversores.

En Rivera y en la región, celebremos entonces estas pascuas profanas, reflexionando fraternalmente sobre la profunda interdependencia de la vida humana con la vida del agua y los árboles, quienes junto con la madre tierra (aún la basáltica y de areniscas) constituyen las piedras angulares de nuestra civilización fronteriza.